Siguiendo con mis placeres culposos, especialmente mi inexplicable gusto por la comedia romántica japonesa, hoy toca hablar del clásico:
Chico conoce tsundere.
¿Qué es un tsundere, exactamente?
Bueno, estrictamente hablando, no es un tipo de personaje, sino una evolución de personalidad. El término viene de la combinación de dos palabras japonesas: tsun-tsun (frío, hostil, arisco) y dere-dere (cariñoso, enamorado, dulce). Así que un tsundere es alguien que empieza tratándote como si fueras una plaga, pero luego se derrite por ti. Suena tierno, ¿verdad? …Hasta que empieza a lanzar misiles.
Con el paso del tiempo —y gracias al efecto comedia— esta evolución se volvió un cliché tan común, que ahora el tsundere es casi un molde predefinido. En lugar de desarrollo, es más bien un rasgo fijo de personalidad. De ahí que muchos fuera del mundo otaku los describan como “bipolares”. Uno nunca sabe si te van a declarar su amor… o a darte con un bate de béisbol.
El tsundere se ha convertido en una institución dentro de la cultura otaku. Hay escalas para medir qué tan tsundere es un personaje, cafés temáticos (maid cafés donde te atienden con desprecio adorable) y hasta eventos dedicados al tema.
Aunque la idea de "del desprecio al amor" no es exclusiva del anime (piensa en "Orgullo y prejuicio", por ejemplo), en el manga y anime este tropo se convirtió en un arquetipo desde los años 80. Y como todo arquetipo, viene con su buen puñado de clichés, como gritar "¡Baka!" (idiota), sonrojarse de rabia y negar absolutamente todo lo que sienten… a gritos.
A veces uno se pregunta si algunos de estos personajes no deberían estar en observación psiquiátrica bajo dosis controladas de antipsicóticos… pero ahí están, siendo adoradas por millones. Tal vez hay algo muy humano (o muy masculino) en pensar que esa chica que te odia en realidad te ama en secreto. Freud tendría una opinión, seguro.
Aunque el tsundere es más frecuente en comedias románticas, también aparece en historias serias. Lo puedes encontrar en series como Dragon Ball (Bulma, claramente), Love Hina, Neon Genesis Evangelion (hola, Asuka), o Bakemonogatari. Incluso hay seiyuus (actores de voz) especializados en hacer personajes tsundere, lo cual habla del nivel de refinamiento (y repetición) que ha alcanzado el concepto.
Y ya que hablamos de clichés, no podemos olvidar el legendario “baka space”: ese misterioso bolsillo cuántico del que las chicas sacan objetos desproporcionadamente grandes —como martillos, espadas o ametralladoras— para castigar al protagonista por algún comentario inoportuno. El martillo de “¡Baka!” es todo un ícono, herencia directa de los dibujos animados occidentales al estilo Looney Tunes. En el anime moderno, ha evolucionado hasta convertirse en lanzamisiles teledirigidos que salen, generalmente, del busto. Nadie sabe cómo. La física no aplica aquí.
Aprovechando el tema, me gustaría hablar de un manga que, aunque no ha sido adaptado al anime, presenta al tsundere más como una evolución emocional genuina del personaje —su sentido original— que como un arquetipo automático. Pero eso será tema para otro día…
📚 Referencia (imperdible) de manga y anime: Toradora!
También fue adaptado a anime, el manga de Toradora! es un excelente ejemplo donde la protagonista, Taiga Aisaka, comienza siendo extremadamente tsun-tsun, pero de manera progresiva —y con desarrollo emocional genuino— se transforma en alguien vulnerable y afectuosa.
A diferencia de otras obras donde la tsundere simplemente “funciona en automático”, Toradora! dedica tiempo a explorar por qué Taiga es así: traumas familiares, inseguridad, y una necesidad profunda de afecto. Es una tsundere con justificación emocional y evolución real.
Y eso... se aprecia.