Introducción

Parece una escena de comedia, y seguro hemos oído alguna anécdota similar:

- El marido exasperado dice: ¡Este es el color que escogimos!..
- La mujer contesta: Pero si son completamente distintos, ¿que no lo ves?

gama de colores

Esta escena usualmente se interpreta como un ejemplo más de la veleidad femenina, pero según parece, en algunos casos ella tiene toda la razón. Esos colores sí son distintos, pues existen mujeres que pueden distinguir pequeñísimas diferencias de color que el resto de la población no puede ver. Un ser humano con vista normal es capaz de distinguir alrededor de un millón de variantes de luz y color. Pero parece ser que un pequeño porcentaje de mujeres son capaces de distinguir hasta 100 millones de variantes, es decir, ven un mundo completamente distinto al que conocemos.

El saber que existen mujeres con “supervista” nos lleva a la teoría de la evolución y a cómo apareció la visión de color. En términos técnicos, estas mujeres son tetracrómatas, pero hay que comenzar desde el principio.

Un poco de Teoría del color:

Desde la escuela primaria se nos ha enseñado que mezclando tres colores primarios, rojo, azul y amarillo, se pueden obtener todos los demás colores. Realmente eso no es correcto.

Si utilizamos luces, la combinación debe ser rojo, verde y azul (RGB por sus siglas en inglés). Si toman una lupa y examinan esta pantalla de computadora o una televisión, verán que la imagen está formada por puntos de colores: rojo, verde y azul. La mezcla de estos tres colores luz da blanco. A esta mezcla se le llama mezcla aditiva.

Si se mezclan pigmentos (ya sea acuarelas o tintas de impresión), los colores primarios son cian, magenta y amarillo. La mezcla de estos tres colores pigmento debería dar negro, por eso se le llama mezcla sustractiva. En la práctica da un gris sucio, por lo que se añade tinta negra (K) en impresión, resultando el sistema CMYK (Cyan, Magenta, Yellow, Key/Black).

Nuestros ojos

La razón por la que estas mezclas funcionan es que nuestros ojos tienen receptores sensibles a tres colores luz: rojo, verde y azul. En eso somos una rareza entre los animales. La mayoría de los animales tiene solo uno o dos tipos de receptores: son monocromáticos o bicromáticos.

La mayor parte de los monos son bicromáticos, pero nosotros y los chimpancés somos tricromáticos. Hace unos 30-40 millones de años, antes de que nuestros ancestros divergieran de otros primates, el gen responsable de uno de los receptores se duplicó, generando un nuevo pigmento ligeramente diferente y expandiendo enormemente la gama de colores que podemos ver. Es una evidencia más de nuestro pasado evolutivo.

De manera reciente, se ha identificado una nueva mutación que resulta en que algunas personas tengan un cuarto tipo de receptor de color. Cada receptor distingue unas 100 variantes. Un animal bicromático podrá ver unos 10,000 colores (100 x 100), un tricromático alrededor de 1 millón (100 x 100 x 100), y un tetracrómata podría distinguir teóricamente hasta 100 millones de variantes (100 x 100 x 100 x 100).

nota: El número 1 millón sigue siendo aceptado para visión normal, pero el "100 millones" es teórico. Estudios recientes sugieren que incluso las tetracrómatas funcionales podrían no alcanzar esa cifra (más como decenas de millones).

Muchas aves son tetracrómicas, pero su receptor extra está situado en el ultravioleta, lo que les permite ver colores que para nosotros son invisibles. Esto explica por qué algunas aves parecen poco coloridas a nuestros ojos, pero bajo luz ultravioleta sus plumajes son espectaculares.

Es difícil imaginar cómo ve el mundo una persona tetracrómata, pero las pequeñas variantes en el tono de la piel, por ejemplo, podrían aparecer como diferencias de color evidentes. Nuestro lenguaje común sería completamente inadecuado para describir esa riqueza de matices.

¿Por qué solo mujeres?

Los genes que codifican los receptores de rojo y verde se encuentran en el cromosoma X. Las mujeres tienen dos cromosomas X, los hombres solo uno.

Esto hace que los hombres sean más susceptibles a trastornos genéticos de la visión de color, ya que las mujeres tienen una copia de respaldo. Por eso muchos más hombres que mujeres sufren de daltonismo (deficiencia en la percepción de colores), afectando alrededor del 8% de los hombres.

En el caso del tetracromatismo, el gen extra se encuentra en el cromosoma X, y se requiere que ambos cromosomas tengan diferentes variantes para que se exprese. Esto solo puede ocurrir en mujeres.

Sin embargo, no todas las personas con cuatro tipos de conos tienen la capacidad de ver más colores. Si el nuevo receptor no es funcionalmente diferente de los existentes, no habrá una mejora en la percepción del color.

Uno de los investigadores en esta área es el Dr. Jay Neitz, investigador de la visión de color en la Universidad de Washington, quien relata sobre uno de sus sujetos de estudio:

“Encuentro muy difícil incluso darle nombres a los colores, debido a que veo tantas gamas de colores dentro de ellos.”

Se estima que entre el 2% y el 12% de las mujeres pueden tener las condiciones genéticas para ser tetracrómatas, aunque el número de mujeres funcionalmente tetracrómatas sería mucho menor. La investigación continúa, y podría tener aplicaciones médicas futuras, como detectar cambios sutiles en la piel de un paciente.

En el mundo hay mutantes. En este caso no son los Hombres X, sino las Mujeres X.

Lecturas recomendadas:

Tetrachromacy (Wikipedia)
The Humans With Super-Human Vision (Discover Magazine)
Super-Seeing Women (Scientific American, 2014)